sábado, 23 de febrero de 2013

ALGO MÁS QUE AMIGOS


 ¿Quién de pequeño no ha deseado tener una mascota con la que refugiarse en sus penas, saltar o correr compartiendo sus alegrias... o simplemente contarle sus "cosas"...?
Los animales ...
Particularmente me gustan los animales, siento conexión con el mundo animal más que con el vegetal, lo siento por mis plantas... pero si bien de vez en cuando les pongo música, no, no conecto,no. Es más, quién me conoce sabe que lo peor que puede hacer es regalarme una planta.
El perro, el animal de compañía por excelencia, es un gran compeñero de juegos, de risas, de tristezas,de emociones, de deporte, de esfuerzo, de aventura...
Además y especialmente para los niños, se convierten en un eficaz impulsor de la empatía y responsabilidad. Un niño con su perro aprende a canalizar emociones, sensaciones, responsabilidades que de otro modo tardaría más en integrar en su personalidad.
Hay una frase de Gandhi, que dice así "La cultura de un pueblo se mide por el trato que da a los animales"
Uf, que alentador ¿No os parece? Si damos un vistazo al índice de abandono..Hace años se detectaba un mayor índice de abandono en época vacacional, si bien los análisis de los datos revelan que desgraciadamente, el abandono de animales es una tónica constante a lo largo del año.
Integrar un animal en un núcleo familiar es hacer más grande la familia. No es "Tenemos una mascota!!" Porque siento deciros que no, bajo mi punto de vista, no tenemos nada. Un animal no es una posesión, es un ser vivo, al cual además podemos (y debemos) agradecerle mucho que nos aportará, y no es un objeto de nuestra posesión.Un animal es un ser vivo, no es un juguete nuevo. Un animal tiene un carácter y hay que aprender a convivir con él así como él aprenderá a convivir con nosotros.
Cuando un animal viene con nosotros, cuando hacemos partícipe de nuestra vida a un animal, hemos de ser conscientes del paso que vamos a dar. ¿Sabes? Tiene sentimientos, tiene emociones, y muchas veces, pero muchas veces, casi solo le falta saber hablar tu lenguaje (ó a nosotros el suyo) porque comunicarse te aseguro que se comunica.
Quizá hoy escriba estas líneas por dos motivos, primero por una conversación que tuve con alguien de peso de mi vida y que generó el segundo motivo, que no es otro que el recuerdo (frecuente además) de la que para mí siempre será "mi perra".
Desde apenas abiertos los ojos, ella estuvo conmigo. Vivimos juntas momentos inolvidables.Desde paseos interminables por la playa, jornadas de running, guía entre las montañas, hasta momentos de defensa. Era una magnífica presa canario. Y luego dicen que son de raza peligrosa... Pues esta hembra de raza peligrosa convivió durante 3 meses con un cachorro de gato, hizo de "mamá adoptiva" hasta que la pequeña cría decidió "emanciparse". Dormían juntas, comían juntas, no no, disculparme, mi perra comía el pienso de la gata y la gata el de mi perra.
Las fotos fueron realmente emotivas. Me quedo corta. Durante unos años compartimos un tramo de nuestras vidas, hasta que el destino nos separó. De eso hace hoy ya mucho, y sin embargo aún recuerdo esas tardes de sábado en las que nos tirábamos en la alfombra y jugábamos.
Yo soy una ferviente defensora del vínculo que se puede establecer entre el ser humano y su perr@, y abogo por integrar en los niños el concepto de "uno más en la familia" y rechazar el de "me han comprado una mascota".
Enseñemos a nuestros pequeños valores, esos valores que no tienen precio. Mostremos con nuestro ejemplo como ser persona con valores. Es fácil hacerles pensar: a través de la lectura de un libro, a través de una película, a través de los amigos...
Ellos, los niños, nos han confiado a nosotros, los adultos, su aprendizaje.
No les fallemos.









La terapia con animales contribuye, entre otras cosas, a desarrollar la empatía, mejorar la relación con el entorno, reducir la resistencia a la terapia, desinhibir a las personas, romper la rutina, mejorar la sociabilización, brindar contacto físico, bajar la presión arterial y el estrés y aumentar la motivación. No son pocos, pues, los motivos para brindar a estos “psicólogos peludos” el reconocimiento que se merecen.

2 comentarios:

  1. Anónimo11:18

    Si encontrara las palabras adecuadas a la maravillosa gratitud que siento hacia tí por esté artículo que nos has regalado...
    Mira, voy a usar esa expresión de los Ángeles.
    La expresión que no dice nada y que a su vez lo dice todo.
    Los seres humanos estamos a años luz de saber usarla como esas bolitas peludas llamadas animales. Tú me entenderás.
    Es la expresión del silencio.

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    1. Sí, te entiendo, más de lo que puedas creer. No obstante, el mérito se lo atribuyo a quién inspiró la escritura de mis líneas. Gracias, por todo, gracias :)

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