EL TIEMPO ES TUYO

Vivimos en la era de la programación: todo en nuestra vida está pre-visto, pre-determinado, pre-calculado, pre-.., pre-...., pre-....
Nuestro tiempo esta distribuído de forma que el perder 20 minutos mirando una puesta de sol retrasa nuestra apretada agenda. Nos enseñan  que hemos de aprovechar la vida porque sino "se nos va en tonterías", porque "ya no eres un niñ@"

Aaaahh... ¿qué los niños si pueden "perder" el tiempo? ¿Será por eso que son felices? Los niños cumplen con sus "obligaciones" pero después son obsequiados con tiempo libre, o eso que los adultos denominamos tiempo libre.  Y es por ese tiempo libre que los niños se afanan en cumplir rápidos con su impuesto cometido, para poder disfrutar de su rato libre, de su rato feliz, de su momento. En ese momento crece, se fortalece y se refuerza el interior del ser.
Pero los adultos nos autoprohibimos esos momentos de conexión, de felicidad,de sentirnos vivos... hay quién alude al "no está bien visto", hay quién asegura que le falta tiempo, hay quién se avergüenza... hay tantos obstáculos para sentir la adrenalina de la felicidad...y todos autoimpuestos. Triste...muy triste.
Racionales y pragmáticos sí, sin duda, creativos, libres e impulsivos también. De niños experimentamos todas las emociones, y las repetimos. Si un niño se enfada, siente el enfado. Si un niño disfruta con su amigo, lo hace (y lo dice) de verdad. Si un niño se aburre... lo expone abiertamente. Si un niño quiere dar un beso, lo da. Si no desea hacerlo, no lo hace. Y nadie se enfada. Es más, en aquellos casos en los que los niños actúan como niños (es decir, naturalmente) y no como se espera que actúen (es decir, acatando los deseos de un adulto), añadimos la coletilla archiconocida de " Déjalo, si es un niño, no se le puede obligar" ¿O no os ha pasado nunca? Seamos coherentemente como los niños. Y dejémos que los niños sean como son. Es precioso ser como uno es, en esencia. Sentirse como un@ es es realmente indescriptible. Saber decir no cuando deseas decir no, responder con un gigantesco sí cuando deseas decir sí, tan grande que no cabe en tu corazón. Expandir tu conciencia estando contigo mism@, disfrutando del silencio, de un libro, de una mirada al infinito disipada en ese pensamiento que se transforma en sentimiento...
El tiempo es tuyo, tú decides. Pero recuerda que el tiempo no tiene marcha atrás...