jueves, 11 de septiembre de 2014

¿Y si lo que comes impacta en tu cerebro y estado de ánimo...?

Efectivamente, lo que comemos impacta y además directamente sobre nuestra forma de pensar y sobre nuestro estado anímico. ¿Quieres saber cómo?











¿Falta de concentración?
¿Reducción de la capacidad de análisis?
¿Somnolencia?
¿Pérdida de memoria?
¿Dificultad de aprendizaje?
¿Ansiedad?
¿Depresión?
¿Irritabilidad?
¿Fatiga?
¿Insomnio?


Sin ser una afirmación categórica, existe o puede existir una relación muy estrecha entre los alimentos que ingerimos y estos estados.
Nuestro cerebro usa como carburante la glucosa. Experimentos científicos han demostrado que cuidando la calidad de nuestro carburante (glucosa) los resultados de los test de inteligencia pueden multiplicarse hasta por 10.
Nuestro cerebro tolera muy mal los picos (subidas y bajadas bruscas) de glucosa, sin embargo, estamos hartos de darle bollería para llenar determinados momentos...¿Cierto? Sea o no éste tu caso,lo cierto es que nuestro cerebro necesita para su óptimo rendimiento un nivel constante de glucosa en sangre, y esto se logra tomando alimentos  que liberen lentamente glucosa. Es decir, los de IG bajo. Si además tenemos presente que la fibra (además de sus innumerables efectos beneficiosos) enlentece la liberación de los azúcares, podemos deducir la importancia  que tiene la ingesta de productos integrales.
Si al cerebro le quitamos su contenido en agua, observamos que el 60% es ¡¡grasa!! La carencia de ciertas grasas afecta pues a cómo pensamos y cómo sentimos. Ahora bien, ¿Qué tipo de grasas lo forman, qué tipo de grasas debemos tomar?
Las que fabrica nuestro cuerpo y aquellas que son necesarias pero que nuestro cuerpo no las fabrica y por tanto, hemos de aportarle.
  • Monoinsaturadas,
  • Saturadas,
  • Colesterol,
  • Omega 3,
  • Omega 6
  • Fosfolípidos.
Si tenemos presente que lo que recubre los axones (extensiones que conectan neuronas con neuronas) es en un 75% grasa y que la misión del axón es la transmisión de información de neurona a neurona, fácil es llegar a la conclusión siguiente: la conducción de información es más rápida y mejor cuanto mejor sea la grasa que envuelve el axón. A peor calidad de grasa, peor operan las neuronas.
Los famosos ácidos grasos Omega 3 y Omega 6 son esenciales y no los fabricamos. Su importancia es extrema ya que son elementales en la producción de prostraglandinas. ¿Y qué hacen las prostraglandinas? Relajan los vasos sanguíneos (es decir, regulan la tensión arterial), potencian el sistema inmunitario, reducen la inflamación cerebral y regulan los neurotransmisores. Nada menos.
Por último, las famosas grasas TRANS. Presentes en numerosísimos productos , impiden la formación de las prostraglandinas y DHA.
¿Olvidamos algo? ¡¡El estrés!! No es un alimento, no. Cuando el nivel de estrés es más elevado de "lo natural", cuando deja de ser una función adaptativa, se incrementan los niveles de cortisol y de glutamato, dañando nuestras neuronas.
Así que te propongo dos objetivos si pretendes ser "más list@" : ser consciente de qué comes y qué repercusiones tiene para tu cuerpo y tu mente, y elimina o reduce el estrés de tu vida, por ejemplo... con conversaciones agradables, enriquecedoras, positivas.... con ejercicio y con humor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario