Instaurada (casi) la rutina escolar, y a un paso de la jornada completa, muchos padres nos planteamos qué actividades extraescolares van a realizar nuestros hijos este curso.
En una gran mayoría de los casos, la jornada laboral de los padres influye o casi determina la elección de dichas actividades: muchas familias necesitan tener ocupados a sus hijos hasta que los padres finalicen su trabajo. Pese a ser casi "necesario" en muchos casos, no dejan de ser actividades que van a realizar los niños (no los padres) y que además, no deben de suponer una carga adicional a la que ya traen del cole. Es importante escogerlas bien, y sobre todo, que sea el niño quien decida qué le gusta o quiere probar (de las que puede elegir).
Los idiomas y el deporte son por excelencia las actividades "reinas".
Pero hoy existen muchas más alternativas, que a veces precisamente por su novedad las pasamos por alto.
Aquellas actividades de expresión corporal (no tiene que ser el "típico" teatro, hay variables muy atractivas), música, técnicas de relajación, técnicas de estudio, yoga, mindfulness para niños...pueden ser alternativas muy interesantes.
Además, el niño ha de tener tiempo libre, que no es lo mismo que realizar una actividad extraescolar. Su agenda debe "respirar", ¡¡Es un niño!!
El juego es tan importante para los niños como la asistencia al colegio. Y muchas veces los hacemos crecer antes de tiempo, los responsabilizamos con tareas que en realidad aún no les corresponde, les anticipamos experiencias a costa de restarles otras. Las suyas. Las de su momento.
Así que cuando pensemos en sus actividades extraescolares recordemos el adjetivo posesivo de la frase: sus.
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