Al igual que en la elaboración de un menú diario, nuestro desarrollo personal ha de resultar sabroso. Sabroso y sano.
Si nuestra forma de crecer no nos emociona, no nos deja un sabor agradable, puede que dejemos de nutrirnos... y optemos por un tipo de "alimentación" basada en productos atractivos que nos sacien instantáneamente, pero carentes de nutrientes.
Para elaborar un buen menú, nutritivo y atractivo al paladar no necesitamos ser un Ferran Adrià . Sí que es aconsejable, como él hace, replantearse nuevas formas de ver la cocina, mirar los ingredientes desde otro ángulo, y buscar ingredientes nuevos, combinarlos de formas diferentes, ser atrevido en esa combinación. Atreverse. Innovar. Replantearse las cosas de forma diferente, siempre con un objetivo final claro y específico.
Explora la vida.
Explora nuevos ingredientes.
Adereza en su justa medida con un toque de inteligencia emocional y una pizca de iniciativa emprendedora.
Te propongo para hoy un menú con un entrante ligero, con un punto fresco que entramos en época estival, un entrante que te predisponga de forma positiva, que te motive. Después, un primer plato que requerirá tu máxima entrega y atención. Seguido de un segundo plato que lo complementará, eso sí con unas expectativas más asequibles, que requieran menos esfuerzo. Y te propongo un postre dulce, algo que te facilite la asimilación de tu trabajo y de tu esfuerzo, que permita una digestión fácil y que recompense tus resultados.
Atrévete a cumplimentar la propuesta para hoy...
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