martes, 15 de abril de 2014

El futuro en una bolsa de "chuches"

Hace más de 40 años, el psicólogo Walter Mischel se propuso medir científicamente la fuerza de voluntad en un grupo de niños y observar cómo esta habilidad podía influir en la evolución hacia la edad adulta. Entre los 3 y los 6 años se producen cambios radicales en la vida de un niño. A esa edad empieza a tener sentido para él el futuro y aprende a controlar en una cierta medida sus impulsos. Aunque no todos los niños tienen la misma destreza en el autocontrol... 
El estudio demostró que aquellos niños que tuvieron autocontrol en su edad adulta fueron personas más exitosas y más felices. Saber esperar es una destreza que necesitamos aprender o desarrollar. Por tanto, la impulsividad es moldeable.  
Seligman, padre de la psicología positiva, señaló que la felicidad consta de tres componentes:
La búsqueda del placer,
El desarrollo de nuestra capacidad interior para sobrellevar los momentos difíciles,
Ponernos al servicio de algo que nos trascienda.

Aunque las investigaciones en torno a la felicidad son recientes, las especulaciones respecto a la misma se remontan a la antigua Grecia. Pero ¿La felicidad es innata, es adquirida? ¿Cómo la calibramos? ¿Se puede predecir según conductas? ¿Qué rasgos tienen las personas felices?  
Se suele decir que la felicidad está en las pequeñas cosas de la vida, en esos instantes que nos hacen ser felices. Ríe, sonríe, comparte diversión, contágiala....La vida es una aventura, en la que sólo tú puedes hacer de ella un viaje de celebración.


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