martes, 12 de marzo de 2013

90-60-90

En una sociedad estereotipada como la que hemos creados, y digo hemos porque en mayor o menor medida todos en algún momento hemos contribuido (aunque en el momento presente no sea así) hemos definido una imagen de triunfador y triunfadora que en realidad, no se corresponde con la auténtica esencia del triunfo.
Cuando nos hablan de mujer triunfadora, casi automáticamente viene a nuestro cerebro la imagen de una mujer de impresionantes medidas, que no fue top-model porque no lo deseó,alta,guapa y con cuerpo, de inigualable inteligencia, rozando un CI de superdotada, con unas genuinas habilidades sociales, abnegada mujer de casa y modelo a seguir en cada aspecto de su vida.
La mayoría así las dibujan. ¿O me alejo mucho de la realidad?
Y es posible que nos encontremos una mujer que se sienta triunfadora en su vida y que cumpla con este perfil. Pero... ¿Y qué hay de su interior? ¿Y qué hay de sus esfuerzos y sacrificios? ¿Y qué hay de sus elecciones y prioridades?
A lo largo de la historia,grandes mujeres han  dejado su huella impresa en ella, y los sacrificios que han tenido que hacer han sido seguro más grandes incluso que sus hazañas.
El poder hoy lo sigue ostentando el género masculino, por mucho que la mujer tenga presencia en órganos de peso, políticos o económicos.
Hemos de pelear con grandes tiburones en  medio de un océano donde muchas veces somos presa fácil. Pero hagamos gala de nuestra agilidad, de nuestra inteligencia, de nuestra capacidad de pensamiento estructurado, de nuestro sexto sentido (que lo tenemos), sepamos ser frías cuando toca y humanas en el momento adecuado.
Nuestra imagen puede jugar a nuestro favor, cierto. Pero nunca nos regalarán nada por lo que el espejo nos devuelve.
¿Has observado los estereotipos que Disney muestra de la mujer? La mujer según factoría Disney
Si bien nuestros queridos dibujos Disney nos trasnsmiten valores de singular estima, como la amistad, el buen corazón y otros muchos, hemos de reconocer que la imagen perfecta de la mujer que además siempre tiene a su principe azul... hoy no corresponde con el rol de la mujer actual. Tal vez hace 70 años sí, pero ahora creo que muchas no buscamos un principe azul que nos salve de nuestros pesares sino que nos rebelamos ante injusticias y luchamos por nosotras, cuidando nuestra imagen más por salud que por imagen. Disney nunca nos regaló (ni lo hará) la imagen de una princesa gordita, fea, poco atractiva, inteligente y luchadora. ¿Acaso no hay mujeres así que son todo un ejemplo a seguir?
 Como antes dije, hay muchos mensajes Disney que me gustan, si bien discrepo en otros, de cada película extraigo verdades esenciales; La Bella y la Bestia muestra a lo largo de toda la película algo que hoy en dia necesitamos recordar a la sociedad: la belleza está en el interior. No importa tanto qué imagen te devuelva el espejo. Los valores que te llevas cuando dejas este mundo son los que no se ven.
Lucha y esfuérzate por ser la mejor, la mejor en aquello que destaques. ¿Destacas escribiendo? Pues escribe. Pero escribe con el alma, dejate la piel,el aliento y todo tu ser en cada palabra. Mejora. Invierte en tí. Lee. Fórmate. Crece. Aprende. ¿Destacas patinando? Pues patina. Pero patina con el alma, no con tus patines. Que tus patines sean una prolongación de tí, siéntete una con ellos, vibra con cada impulso que le des a tu bota, siente el viento en tu piel, siente el sol en tus hombros, y patina. Patina como si tu vida dependiera de ello. Porque tu vida depende de ello. Esfuérzate en moverte con soltura. Ejecuta cada movimiento con elegancia y libertad. Vívelo.
¿Y si destacas enseñando? Pues enseña. Comparte. Aprende. Transmite. Empatiza. Sé un@ con quién tienes delante. Recuerda cuando no sabías lo que hoy compartes, haz que tus alumn@s sientan tus palabras, no basta con que te oigan, han de sentir lo que dices.
Busca aquello que te haga diferente, aquello que te pueda caracterizar, y explótalo. Amplíalo. Desarrollate. Nadie lo hará por tí. Es tu responsabilidad y de nadie más.
Que no  te midan por tus medidas, que te midan por tus actos.


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