Tu mundo interior

A tu alrededor puedes ver edificios, calles, personas, coches....
A tu alrededor puedes ver árboles, caminos, un río, senderos...
A tu alrededor un mundo te ofrece un sin fin de estímulos que percibes e interpretas. Pero... ¿y dentro de tí?
¿Te has parado a pensar qué ocurre dentro de tí?
¿Eres capaz de sentarte, donde sea, y aquietar tu mente, y escucharte?
Escúchate, siéntete. Siente ese cosquilleo en la nariz, en el brazo, ese cosquilleo que no te deja estar contigo tranquilamente.
Siente la tensión en la espalda, en el cuello, en tus ojos...
Toma contacto con cada una de las partes de tu cuerpo, porque te hablan de tu mundo interior. ¿Puedes conversar contigo? ¿O el ruido del silencio te lo impide?
Hay personas que congestionan de tal modo su agenda que no tienen tiempo para estar un minuto con ellas mismas. De hecho, cuando lo están, puede sobrevenir el caos.
¿Qué es lo que desencadena que no pueda sentarme un minuto conmigo?
¿Qué pensamientos acuden a mi?
Vivimos inmersos en un mundo externo, y sin embargo nuestro propio interior es muchas veces el gran desconocido. Conocemos palmo a palmo nuestra ciudad, nuestro entorno, y sin embargo somos incapaces de reconocer emociones que nos hablan de nuestro ser, de nuestras necesidades, de aquello que en esencia somos.
Algo tan sencillo como parar la atención a la forma de respirar. En un atasco en medio de la ciudad...¿qué le pasa a tu respiración? En la lectura de un libro en un clima acogedor y agradable, ¿qué le pasa a tu respiración? En los momentos previos a una conversación cuyo tema puede ser tenso, ¿qué le pasa a tu respiración? En esa reunión de trabajo... ya sabes la pregunta...¿qué le pasa a tu respiración?
Innumerables ejemplos diferentes para prestar atención a tu respiración. Ella dice mucho. Ella dice en silencio frases ensordecedoras.
Sin embargo que pocas veces le prestamos atención. Conocernos. Tenemos la oportunidad de conocernos pero a veces ni nos lo cuestionamos. Traduce...esa respiración profunda. Esa respiración agitada. Ese suspiro. Esa presión. Traduce.
Es maravilloso conocer y tener seguridad en el terreno que pisamos, que vivimos, el tangible, el que tocamos...  pero más impresionante es conocer qué nos muestran nuestros sentimientos, nuestras emociones, nuestras reacciones... tan solo...míralas.