LO QUE ACEPTAS... TE TRANSFORMA
Martes, 30 de abril de 2013. Sigo viviendo en el mismo lugar que hace unos años. Sin embargo, hace unos años cogí unas maletas, "mis maletas", y las llené. Estaban a reventar, casi no podía cerrarlas, y me esperaba un largo viaje durante el cual yo acarreaba con el peso de las mismas.
Lo puse todo. E inicié el camino.
El peso de mis maletas me generaba dolor, pero decidí no tomar ni una sola "pastilla" para calmarlo, ya que el camino requería toda mi consciencia activa. Estar lúcida y despierta era absolutamente necesario.
Durante este breve tiempo de viaje, ya he retirado cosas de mis maletas. Pesan menos que cuando empecé a caminar. Ví que ciertas cosas no eran necesarias.
A veces aparece el miedo, la duda, la angustia... quien diga que no la vive...te aseguro que no es sincero. La diferencia radica en cómo lo vive. Cómo la enfoca. Cómo la usa.
Cuando "tiras a la basura" aquello que ya no te sirve, de pronto te asalta esa duda..."¿Y si...?" Pero el estar activa y consciente, el no haberte tomado esa pastilla para mitigar el dolor que genera el peso de las maletas, te permite escucharte, con paciencia y comprensión, y sientes que no existe el "Y si...?"
Es cierto que en ese camino iniciado no sé qué voy a encontrar, no sé qué terreno voy a pisar, ni siquiera sé si en algún momento el terreno cederá e incluso pueda caer... no lo sé, sinceramente, no lo sé.
Pero es que en realidad, en realidad no me importa. Porque para ir a no sé donde he de ir (irremediablemente) por no sé donde.
No es un camino de esfuerzo en el que deba de ir tirando de mis maletas, sino un camino de liberación de peso y presión, donde voy escogiendo qué quiero realmente en mis maletas, donde escojo sinceramente con qué me quedo y lo que es prescindible.
Es un camino muy personal y particular donde empiezas caminando como Beatriz y a mitad de camino empiezas a no reconocerte tanto como creías... o quizá es que no me conocía tanto como yo creía, quizá... quizá inicié mi camino como una semi conocida y lo finalice encontrándome, conociéndome.
Hoy, con una lectura, recordé algo que leí hace años.
"Reírse es arriesgarse a parecer tonto.
Llorar es arriesgarse a parecer sentimental.
Alargar el brazo para coger a otro es arriesgarse a implicarse.
Mostrar los sentimientos de uno mismo es arriesgarse a mostrarse uno mismo.
Exponer tus ideas ante una multitud es arriesgarse a perderlas.
Amar es arriesgarse a no ser correspondido.
Vivir es arriesgarse a morir.
Tener esperaranzas es arriesgarse a perderlas.
Pero se tienen que correr riesgos,
porque el mayor peligro es no arriesgar nada.
Puedes evitar sufrimientos, pero tu existencia se oscurece.
Encadenado... te conviertes en esclavo. Y pierdes la libertad. Tu libertad.
Sólo eres libre si te arriesgas. "
Hoy, años después y tras cierta distancia a mis espaldas, me detengo unos instantes ( ¡¡ cuanto camino me queda por delante, no veo el final !! ) , apoyo mis maletas en el suelo. Respiro profundamente, suspiro. Miro atrás. Una sonrisa se dibuja en mis labios, satisfecha por los kilómetros recorridos. Muevo mis dedos, estiro mis manos. Giro mis muñecas.
Me estiro, me desperezo, y agarro con determinación mis maletas, dispuesta a continuar mi camino.
Descanso lo justo, descanso, no aplazo, porque el aplazamiento es el asesino de la oportunidad (Oscar Wilde), y la oportunidad...si no la encuentro, la genero.
Y así, recordando a Machado.... "Caminante no hay camino, el camino se hace al andar".... Feliz reflexión !!
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