Amor y libertad. Para esta sociedad, que binomio más antagónico. Normalmente oimos hablar del amor ciego, de ser esclavos del amor, pero que raro es oir hablar del amor libre. ¿No crees?
Sin embargo, el amor libre es lo más inmenso que hay.
Amor...
Libertad...
Son dos conceptos que parecen condenados por esta sociedad a ir separados. Yo sin embargo, y pese a salir (y asumirlo) del estandard establecido, creo por el contrario, que son indisolubles.
Un amor sano es libre.
Un amor posesivo es egoísta.
Un amor libre no espera nada a cambio. Ama por naturaleza.
Un amor egoísta condiciona acontecimientos. Ama calculando.
Cuando amas libremente, reinventas el concepto de la palabra amor. Rompes las reglas. Deseas que aquel a quién amas, sea inmensamente feliz. Tanto que no quepa más felicidad en su ser.Deseas que aquello que le hace feliz tenga siempre lugar en su vida. Deseas que aprenda de cada experiencia progresando en la linea de la vida, porque esto hará que crezca como persona.Deseas que se sienta libre, deseas que siempre tenga su necesaria independencia dentro de una convivencia, porque solo así es posible crecer. Sólo así el compartir adquiere realmente un significado completo: lo que yo soy y como yo crezco, lo comparto contigo, con lo que tú eres y como tu evolucionas.
No necesitas a tu pareja.
Puedes vivir solo, pero también puedes vivir con ella, puedes vivir con él sin necesitarle.
Te muestras como eres, porque sabes que eres aceptad@ tal cual. No "tienes que" ser de ninguna determinada forma.
El miedo tiene la puerta cerrada, por contra, la confianza plena tiene un puesto que nada ni nadie puede arrebatar a dos seres que se aman libremente.
El amor libre es tan grande que a veces con suspirar mirando al ser amado y dejar que el silencio hable entre ambos, es suficiente para explicarlo todo.
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