MAÑANA LO HARÉ...

Todos, sin excepción, en algún momento de nuestra vida, pasada o presente, hemos decidido dejar algo para mañana, algo que tal vez sólo pensarlo nos emocionaba, pero... no, lo dejamos para mañana. algo que tal vez lo considerábamos importante, pero... no, lo dejamos para mañana. Evidentemente un mañana que rara vez llega. Claro está que es una excusa para postergar la realización de aquello que supone que nos esforcemos, que avancemos, aquello que requiere un esfuerzo extra por parte de nuestra ¿voluntad tal vez?

Sabemos que tal vez sea inevitable en la historia de nuestra vida pasar por ese punto, pero lo postergamos y lo postergamos...como si nos convenciéramos de que dejándolo de lado se va a marchar. Y en el fondo no te sientes satisfech@ de esa decisión, pero es difícil salir de la zona de confort.
Y de ahí sólo se puede salir con valor y decisión. Enfrentando la verdadera causa que genera esa postergación. ¿Por qué no lo hago ya? El dejarlo no es más que la distorsionada imagen refleja de la realidad, no la realidad. Es la consecuencia de algo que tal vez no queramos ver. ¿Miedo? ¿Indecisión? ¿Desmotivación? ¿Pereza?

Identificado el motivo, busca la manera de evitarlo.
La mente es mucho más poderosa de lo que podemos imaginar. Si le haces las preguntas inteligentemente, obtendrás respuestas sorprendentes. No formules una pregunta buscando una respuesta  bajo una esquema que conozcas, innova en tus preguntas. Pregúntale a tu mente, como si de un interlocutor se tratara, de qué manera puedes realizar lo que sea que pretendes evitar y que sea de forma agradable y satisfactoria para tí, por ejemplo. No esperes ninguna respuesta particular. Formula la pregunta y no pienses. La repuesta vendrá sóla y te sorprendera. Juega con tu mente, hazla buscar nuevos caminos. Que te lleve a descubrir nuevas sendas por las que caminar, sin que tú seas la guía consciente.
Descubrirás cómo tu parte más profunda escoge los colores para pintar el lienzo de tu vida.