Querido Ego,
Te escribo para comunicarte que en las elecciones celebradas en mi ser, el discurso del alma ha resultado de peso imbatible.
Cuando mi alma habló, me dí cuenta de que durante años perseguí una perfección inalcanzable.
Cuando mi alma habló, me hizo entender que no soy más pequeña ni más grande que otros.
Cuando mi alma habló, me di cuenta que mi cuerpo está formado por los mismos elementos que observo en la naturaleza.
Cuando mi alma habló, me mostró que el amor tiene tal fuerza que abraza todo lo existente, lo veamos o no.
Cuando mi alma habló, aprendí a escuchar palabras que los labios son incapaces de pronunciar.
Cuando mi alma habló aprendí a fundir mi ser con el universo, a encontrar mi esencia (o al menos buscarla con ahínco).
Cuando mi alma habló, me enseñó a leer las cartas de navegación de la vida, a decir "Adelante, estoy lista" aún sin saber el mar que iba a navegar.
Cuando mi alma habló, me enseñó que el ayer se entremezcla con el hoy y ambos no son más que el mañana, que no existe pasado ni futuro, porque todo es un presente.
Así pues, querido Ego, soy consciente que te emplearás a fondo para utilizar el único recurso que hoy por hoy dispones para que me rinda a tí: el miedo.
Pero Ego, sé que mi capacidad de aprendizaje no tiene límite porque no se lo pongo, que me siento fluyendo con la vida, con lo que en ella acontece, con mi capacidad de adaptación... Dado que me siento alineada con mi intuición y me esfuerzo por mantenerla, sinceramente queridísimo Ego, no te esfuerces. Una vez que escuchas la voz del alma... creo que poco tienes por hacer.
Grande como tú misma.
ResponderEliminarEste artículo se lee con el alma,SOLO con el alma.
Y el Ego...ese Ego que todos tenemos...se queda aún mas pequeño.
Gracias por aportarnos un poco más de tu profundidad. Esa profundidad eterna que hace que quien te lea sea un poco mas consciente de su verdadero SER.Gracias Beatriz.
Gracias por el refuerzo positivo que me das, me anima a seguir "atreviéndome" a dejar al descubierto mis pensamientos. Me alegro enormemente que compartas la lectura desde el alma.
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